La lluvia caía.

 La lluvia caía afuera y las pequeñas gotas rebotaban en su ventana produciendo un notable eco (tomando en cuenta que eran las 3 de la mañana y ella se hayaba despierta, frente a la computadora, buscando inspiración para terminar el trabajo que debía entregar en menos de 4 horas.

Ya no sabía en qué pensar, en quién confiar, lo único que quería era estar sola, que todo este martirio para ella terminase.

Lo que en un principio empezó como algo genial, terminó en pleito. ¿Por qué? Se preguntaba, si todo iba perfecto y en un abrir y cerrar de ojos todo cambió.

Lo único que deseaba era terminar todo, pasar la página y volver a empezar.
Pero no sabía qué hacer, no tenía a nadie que no pudiera ser hipócrita y contar sus miedos.

Necesitaba apoyo y lo iba a conseguir. Pero tenía que pensar de quién y cuándo.